Por: Héctor Alonso Alvarez Vélez
Bastó para mí leer, en la pasta
del libro Los Miserables, el comentario
de Vargas Llosa que se ha puesto como título a este artículo, para decidirme a
comprar un ejemplar.
Sumergido en las páginas del
Libro, en ese diálogo con Victor Hugo, siente uno que pensadores como él
pertenecen a otra naturaleza; Victor Hugo es sin duda uno de esos seres
iluminados cuyo papel es educar a la humanidad, un profeta. La experiencia de vida que
tenemos es tan corta y limitada que no tendremos nunca la oportunidad de beber
de fuentes como esta simplemente mediante la interacción con personas de
nuestra cotidianidad y de nuestra clase.
Lo que más me impresionó de Los Miserables
es que en el fondo se trata de un libro de carácter religioso, siendo una
novela de corte histórico, pero que nos permite conocer la naturaleza humana y
la espiritualidad en una dimensión que el lector seguro no verá en ninguna otra
fuente, estando además el texto desprovisto de cualquier fanatismo o
militancia religiosa.
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